¿Cómo saber si el turbo del coche tiene problemas?
A día de hoy todos los motores diésel del mercado incorporan un turbo y cada vez más, también, los motores de gasolina. Ya que esta solución permite obtener mayores prestaciones sin que el consumo se dispare.
El problema es que la turbina que hace funcionar el sistema de el sistema funciona a un alto régimen de revoluciones y alcanza temperaturas muy altas por lo que es frecuente sufrir averías si no le prestamos la atención adecuada.
Para evitar que sufráis averías, que suponen un importante desembolso por lo costoso de la reparación, queremos dejaros algunos consejos que os ayuden a identificar posibles fallos que os permitan anticiparos a problemas más graves.
- Humo azul en el escape: Es uno de los síntomas de fallo más habituales. Si hay fugas de aceite y pasa al sistema de admisión, el consumo de aceite se dispara y el color del humo delata el fallo.
- Ruidos extraños: Si el eje sobre el que se mueve el turbo está mal lubricado acaba sufriendo roces y rompe los extremos de las palas de la turbina. En caso de detectarlo, lleve su coche al taller cuanto antes.
- Luz de fallo del motor y falta de potencia: Cuando hay demasiada carbonilla el sistema avisa del mal funcionamiento de la geometría variable. Al pisar el acelerador este no responderá como es debido ya que la electrónica impide que actué para evitar mayores problemas.
- Silbidos frecuentes: Los manguitos y abrazaderas pueden aflojarse o agrietarse a causa de los constantes cambios de presión. Lo notarás cuando el motor “silbe” de forma más grave al acelerar.