Signos de alarma en los neumáticos
Los peligros de la carretera como baches, piedras y cristales suelen ser inevitables. No obstante, el buen estado de nuestros neumáticos es responsabilidad nuestra, y hay situaciones que se pueden evitar: inflado incorrecto, exceso de velocidad, desgastes, sobrecarga…
Un reciente estudio del RACE señala que una gran parte de las 500.000 asistencias realizadas durante el 2014 estaban relacionadas con los neumáticos. En concreto, el aumento de los problemas en ruedas ha sido del 18%. Tomar medidas de precaución para evitarlos garantizará una movilidad más segura y una mayor duración de los neumáticos. Por ello, para evitar situaciones desagradables, conviene prestar atención a estos signos de alarma en los neumáticos:
- Las bandas de rodadura deben tener una profundidad mínima de 1,6 mm. Por debajo de ese límite, lo más seguro es cambiar el neumático. Si el desgaste se localiza especialmente en la parte exterior de la goma, esto nos indica que tienen una presión baja. El caso contrario se daría cuando hubiera una presión excesiva.
- Los neumáticos con baja presión o con una presión excesiva pueden influir negativamente en la duración, el confort de conducción, la adherencia y la frenada. La falta de presión genera una mayor resistencia a la rodadura y un desgaste prematuro. En casos extremos, la falta de presión puede provocar daños en los neumáticos. Asimismo, el exceso de inflado puede reducir la vida útil del neumático, reducir el agarre y producir un desgaste irregular.
- Si el desgaste fuera irregular en un mismo neumático, podríamos estar ante un problema mecánico. Lo más normal es que haya que equilibrar o alinear las ruedas. Pensemos por ejemplo, en zonas completamente calvas, esto indicaría un fallo de amortiguación.
- Si hay desgaste desigual en la huella del neumático, debemos preguntarnos si la suspensión del vehículo está en buen estado. Es normal que el eje delantero sufra más desgaste, por estar allí alojado el motor. Si el desgaste es mayor en un lado del vehículo que en el otro, la respuesta puede estar en una mala alineación.