Mantener tu coche fresco durante el verano es esencial para asegurar una conducción cómoda y evitar daños relacionados con el calor. Aquí te ofrecemos algunos consejos para lograrlo:
1. Aparca en la sombra: Siempre que sea posible, estaciona tu coche en un lugar sombreado. Esto ayuda a reducir la temperatura interior y protege el exterior del vehículo de los daños causados por los rayos UV.