Las baterías tienen una vida media de entre cuatro y seis años, dependiendo de diversos factores como sus propias características, las condiciones climáticas o la frecuencia de uso del vehículo.
Como se descargan lentamente, aunque no se utilice el coche, para mantenerlas en buen estado, es indispensable rodar con cierta frecuencia unos 30 o 40 kilómetros (una vez al mes, por ejemplo). Y no vale arrancar el motor y mantenerlo funcionando parado al ralentí, pues así no llegará a cargarse bien la batería.