Un simple rayón o un golpe con una columna al aparcar en un centro comercial pueden parecernos algo sin importancia para nuestro coche, sin embargo, a la larga puede suponernos un problema.
Aunque las carrocerías de los últimos modelos han mejorado mucho incorporando nuevos materiales, sin embargo, el acero sigue estando muy presente en la mayoría de las carrocerías, con lo que el riesgo de corrosión sigue existiendo.