Cuando adquirimos un coche nuevo todo está a estrenar, por lo que, a no ser que venga con un fallo de fábrica o tengamos algún percance, no deberemos de preocuparnos por su estado durante un tiempo. Este estado idílico no debe nublarnos, debemos tener presente el momento en el que necesitaremos realizar la primera revisión del coche. De lo contrario es posible que nuestro coche nuevo acabe teniendo una avería.